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SIMON Éva
Contraposición estructural y estilstica al servicio de un programa moral en el Laberinto de Fortuna de Juan de Mena


Los contemporáneos y crticos de Juan de Mena (Córdoba, 1411-Torrelaguna, 1456) [1] nos dejaron el testimonio de que fue un humanista por excelencia, modelo del intelectual que, a pesar de su origen bajo, con sus conocimientos y su saber pudo conseguir prestigio y fama llegando a la corte de Don Juan II. Mena, también por su estada en la corte papal de Eugenio IV (1431-1439), conoció todas las ciencias de la studia humanitatis y participó en el perseverante estudio de los libros [2], lo que fue postulado de la nueva nobleza y punto de partida de la autocreación del hombre y sobre todo de la realización del bien público mediante el saber obtenido. Su trabajo de moralista-historiador fue muy importante en la corte de un soberano bajo cuyo poder exista un reinado inmerso en la más profunda anarqua.

Sin embargo, a pesar de todas las caractersticas que lo definan como humanista, al proponer solución a los problemas de Castilla en el Laberinto de Fortuna, Juan de Mena optó por una ideologa medieval, más precisamente, por la ideologa caballeresca. Esto se deba seguramente a que en Castilla no se haba llevado a cabo el verdadero movimiento renovador de la economa y la sociedad, y as todo segua sobre una base feudal por entonces debilitada, pero la cual, después, dara origen a un fuerte Estado nacional.

La integración de la 'contradicción' [3] entre el humanista y el hombre medieval en la personalidad del poeta se refleja también en su obra principal, en cuyas órdenes hay siempre dos partes: los ejemplos antiguos, citados por el afán humanstico, y los ejemplos de los contemporáneos, descritos según la tradición nacional medieval [4]. Por el mismo motivo es interesante la nueva acepción que obtuvo as en el Laberinto de Fortuna el método medieval de la ejemplificación [5] del ideal absoluto y la exageración de la importancia de los mismos ejemplos para llegar a la conclusión requerida por el autor [6]. La enumeración de modelos en el caso de los ilustres antiguos sigue la va determinada por las obras latinas de Boccaccio, y los personajes presentes, justamente por la descripción episódica de sus hechos, dejan de ser arquetipos, son más bien pruebas vivas no al servicio de una indiscutible e inviolable ley moral, sino utilizados para persuadir exponiendo las alternativas reales de buenas y malas opciones humanas.

La alegora de la Casa de Fortuna o el Laberinto era un medio para representar la confusión castellana [7], pero el poeta buscó "el sentido de los sucesos en los arcanos de la divina Providencia" [8].La estructura de toda la obra se basa en esta oposición entre la Fortuna y la Providencia, entre movilidad constante y estabilidad divina, a la cual debemos añadir la contradictoriedad misma que radica en el carácter fundamentalmente caprichoso de la primera. Como también las órdenes presentan una parte del pasado y otra del presente, este movimiento incesantemente alternante penetra todo el poema y sirve en s mismo también como demostración compositora de los juegos de Fortuna [9].

El método de contraposición, sin embargo, no sólo sirve de fondo para el tema convencional de mutatis mutandis, sino es utilizado concientemente para la exposición de una tradicional filosofa moral. (Este propósito es mencionado también por Mena, aunque sólo en la 6a copla. [10]) As en la orden de la Luna (amadores de la castidad y limpieza corporal) y la de Saturno (los reyes y los hombres de moderada justicia), Mena trae sólo buenos ejemplos y pone más atención en las personas regias del presente. Con la orden de la Luna contrasta la orden de Venus (amadores livianos), donde aparecen sólo ejemplos negativos. En la orden de Mercurio (vendedores de la patria, traidores) el autor vuelve a enumerar a los viciosos (con una sola excepción) y en contraste con los malos medianeros está la orden de Júpiter (los reyes justos) y la orden de Febo con sus sabios varones, donde se describen algunas personas detestables también, pero sólo en el pasado.

En el centro de la composición está la orden de Marte, donde Mena expone sólo ejemplos positivos. No solamente la posición central de esta orden, sino su longitud también son significativas: se ve que en el programa que el poeta sugiere a su rey el punto más importante es el ejercicio de las armas [11], con lo cual se puede llegar a un estado firme y seguro en Castilla [12].

Analizando la estructura y el contenido del poema llama la atención que para Mena las partes más importantes eran las que describan personajes y hechos presentes o del pasado reciente. Esto queda subrayado también por la lógica posición central de la rueda del presente que está en movimiento, contrastando con la estabilidad de las ruedas del pasado y del futuro. El estilo de las partes de actualidad para la época es más expresivo, más vivo y más natural [13]. La diferencia entre el estilo de estos versos y los que enumeran ejemplos antiguos surge del hecho de que el poeta en el primer caso, para demostrar la ambivalencia en la vida de Castilla, usa virtuosamente el método de contraposición [14], lo que según el resultado de mi análisis siempre tiene un valor ético. J. M. Blecua en su Prólogo al Laberinto [15] hizo un pequeño resumen de los métodos estilsticos de Mena: es interesante la indicación de la frecuente repetición de una misma palabra dentro de un verso [16], lo que por su estructura simétrica muchas veces forma la base de una contraposición dando énfasis a esta última [17]. Naturalmente, la contraposición estilstica no se encuentra siempre dentro de un verso solamente, sino muchas veces caracteriza una copla entera o toda una imagen poética. Estructuralmente las contraposiciones pueden ser formadas a) con la repetición de una palabra clave en sentido positivo y negativo [18] b) con la repetición de la palabra clave en el mismo sentido [19] c) con el uso de antónimos [20] d) con la oposición de dos imágenes [21]. Retóricamente las contraposiciones pueden aparecer en la forma de a) quiasmo [22], b) anttesis [23], c) oxmoron [24], d) paralelismo antitético [25], e) metáfora [26], f) alegora [27]. Todas éstas muchas veces son redactadas con figuras etimológicas [28] o poliptótonos [29].

Los versos e imágenes en las cuales encontramos contraposición, se pueden agrupar bajo los temas siguientes [30]: Fortuna (9/e-h 10/c-h 11/a-12/d 24/a-d 173/d-h 198/f-h 226/e-h), fama (3/h 4/g-h 78/g-h 161/b-h 240/a-d 273/a-b277/e-h), vida y muerte (182/f-g 185/e-h 186/a-d 189/a-h 195/d 197/d 198/a 204/h 205/b-h 206/a-h), guerra (141/a-d147/g-h 148/b-c 152/a-d 180/a), patriotismo (91/e-h 138/a-h 145/c), valenta (149/c-h 192/a-h), justedad (76/g-h 81/f-h 82/a-h 114/a-c 212/c-f 230/d-h 155/a-h), lealtad (147/a-e), honor (195/g-h), cautela (132/g-h 133/a-h), discreción (7/c-d 60/e-h), fe pura (14/f-h 59/a-c 87/e-f 87/g-h 95/a-d 95/e-h 96/a-97/h 129/c-d 242/e-h), amor (100/a-d 106/c-d 106/h 107/b-c 107/e-h 112/a-d 113/a-h 114/e-h 115/e-h), virtud-fortaleza (72/c-d 87/b-c 211/a-c 211/g-h 213/a-h 232/a-h), castidad (83/a-d 84/e-h) veracidad (61/e-g 93/a-h 92/g-h 94/g-h 158/a-h 168/e-f 258/c-d), generosidad (99/a-h 224/a-h 259/e-h), clemencia (157/a-h), prudencia (136/a-h 137/a-g), contemplación (19/a 260/e-h) y amor a la paz (85/a-b 214/a-h).

Esta temática demuestra aún más claramente el programa ético de Mena, porque con la excepción de los dos primeros grupos y en parte el tercero también, cuya procedencia podran ser, por ejemplo, las danzas de la muerte, y son tópicos en toda la literatura medieval los demás temas son la enumeración de las cualidades del caballero ideal. Esto induce, junto a lo que afirmamos antes, o sea, que la guerra justa era para Mena el único medio para poner paz honrada a Castilla, a que el poeta crea indispensable también un cambio ético de la personalidad de los miembros de la sociedad castellana.

Veamos ahora el contenido moral de los versos agrupados arriba: el mayor y casi único representante del ideal caballeresco en el Laberinto es el Conde de Niebla, a quien valdran los versos escritos de Diego de Ribera - otro ejemplo de nobleza - también:

"Tú adelantaste virtud con estado,
muriendo muy firme por la santa ley
seyéndole siervo leal e criado
tú adelantaste tu fama, finando
en justa batalla, muriendo como onbre...
(192/a-f)

Las mejores caractersticas de un noble según Mena también son: la valenta y la búsqueda de las batallas, porque:

"...fuyendo non fuye la muerte covard,
que más a los viles es sienpre llegada."

(149/g-h)

Otra caracterstica de los fuertes es la generosidad de perdonar a los enemigos:

"...buelven en gozo sus grandes vigores,
e nunca el enojo les es duradero."

(57/g-h)

y sobre todo el sentimiento del honor, lo que en el caso del Laberinto es más bien un tipo de autoestima que puede coexistir con la clemencia, la discreción y la fe profunda. El ejemplo es otra vez el Conde de Niebla:

"O piedad fuera de medida,
o nclito conde, quisiste tan fuerte
tomar con los tuyos enantes la muerte
que non con tu fijo gozar la vida..."
(186/a-d)

El poeta nos define también cuál es el tipo de guerra en que los ideales presentes pueden llegar a la gloria eterna: en unos versos alude a la reconquista como justa finalidad bélica [31]:

"...e lo que ganaron los reyes Fernandos
faziendo más largos sus reinos estrechos,..."
(145/c-d)

por la traición de la cual está verdaderamente indignado:

"¿quál ya crueza vos pudo inclinar
a vender un da las tierras e leyes
de España, las cuales pujana de reyes
en años atantos non pudo cobrar?"
(91/e-h)

Además de este enfado por las traiciones a la patria es muy acentuado el recelo del poeta para mantener limpia la fe, para que en Castilla no se pudiera encontrar el "desierto",

"...do vi multitud, non número cierto,
en son religioso e modo profano..."
(14/g-h)

Mena hace también una inductiva contra los malos sacerdotes y el remate de las cosas sagradas [32], crtica muy general ya desde la Baja Edad Media y también muy popular entre las capas bajas de la sociedad. Desde este punto de vista es importante destacar que en la temática moral Mena se adhiere a las corrientes que exaltan la fe interior, integrada por una personalidad fuerte: pensemos sólo en los valores de discreción, prudencia, fortaleza, castidad, contemplación, amor a la paz y el elogio de la sencillez y pobreza [33].

Es natural, como consecuencia de todo lo que afirmamos anteriormente, que Mena opte por el amor virtuoso apelando a la discreción de cada uno:

"Entonces se puede obrar discreión,
si amor es ficto, vanloco, pigro,
mas el verdadero non teme peligro
nin quiere castigos de buena razón,..."
(113/a-d)

El ejemplo de los daños del amor pecador es el caso del juglar Macas, quien en su emocionante canto enumera todos los sufrimientos de los amores:

"...los quales si diessen por un igual grado
sus pocos plazeres segund su dolor,
non se quexara ningún amador,
nin desesperara ningún desamado."
(107/e-h)

Fue importante señalar los malos aspectos del amor "para que los nobles pudieran consagrar sus energas a la guerra y al servicio de la justicia" [34], o como Mena lo expresa:

"a muchos fara, segund que yo creo,
domar los sus viios con su justedad."

(76/g-h)

La codicia, el amor carnal, el engaño, la ferocidad, la mentira eran los defectos principales de la nobleza castellana. Contra estas imperfecciones el poeta alienta a todos los nobles a hacer crecer en su alma la virtud o fortaleza [35], porque

"Es fortaleza, pues, un grand denuedo
que sufre las prósperas e las molestas,
salva las cosas que son desonestas,
otras ningunas non le fazen miedo
fuye, desdeña, depártesse edo
de las que disformes por viio se fazen,
las grandes virtudes inmenso le plazen,
plazele el ánimo firme ser quedo."
(213/a-h)

Naturalmente, como dijimos arriba también, todos esos consejos de Mena fueron dirigidos a las capas altas y sobre todo al rey, de una parte, por la concepción feudal de que los de la capa baja de la sociedad eran necesariamente innobles de carácter también. Otra causa era que de los nobles y del soberano dependan la vida y el bienestar de sus súbditos, lo que justamente en el Humanismo obtuvo más peso, sobre todo en lo referente a la buena educación de los monarcas [36]. Sin embargo no se puede dejar de lado tampoco el cambiado contenido moral de la definición de caballero, reforzado después en el Renacimiento. Por eso mismo dice el poeta:

"Aprendan los grandes bevir castamente,
non venan en viios los brutos salvages
en vilipendio de muchos linages,
viles deleites non viien la gente,..."

(83/a-d)

Justamente por hablar sólo de la nobleza, el autor del Laberinto fue criticado de elitismo, pero los argumentos que sostienen esto, radican en verdad no tanto en los aspectos sociales, puesto que p.ej. quiere justicia igual a los nobles y a los de un estado social más bajo (81/g), sino en su refinado estilo poético, lo que como genus sublime determina también el público de la obra. Mena utilizó este estilo casi artificial y la contraposición que le permitió mostrar la diferencia entre lo ideal para alcanzar y la realidad, como también hacer la comparación entre pasado, presente y las esperanzas del futuro, porque deba criticar abiertamente a la aristocracia.. Esta tarea fue peligrosa, y para no ser vencido por las circunstancias, el poeta quedó dentro de los lmites del arte, expresando de manera disimulada su verdadera opinión sobre la vida castellana.

La voluntad de disimular el juicio que se entiende detrás de las palabras del poeta coincide con la afinidad aristotélica de la disposición de la obra, donde la condena y el consejo como verdaderas finalidades del autor están encubiertas por la simple demostración de una situación presente mediante ejemplos, haciendo al público deducir de éstos las reglas éticas a seguir. La contraposición como método se adapta perfectamente a este tipo de discurso, ya que la retórica es parte de la dialéctica.

El programa expresado por nuestro humanista en arte mayor se adelantó mucho a la solución de los problemas de su época. Para realizarlo se necesitaba un fuerte poder centralizado y una entidad nacional reconocida por todos los miembros de la sociedad donde se mantuvo oficialmente todava durante siglos la ideologa feudal. Por eso los consejos de Juan de Mena podan tener sus ecos verdaderos sólo más tarde, bajo los Reyes Católicos.

Este artculo fue subvencionado por la Fundación por la Ciencia Húngara[37]



[1] P.ej. el prncipe Don Pedro de Portugal, el Marqués de Santillana, Gómez Manrique, Enrique de Villena, Nebrija, Juan de Lucena por citar algunos contemporáneos, y Góngora, Quevedo, Quintana y Martnez de la Rosa por mencionar a algunos posteriores estudiosos del poeta.
[2] Citemos la descripción que da Alonso de Cartagena sobre Mena: "Trahes magrescidas las carnes por las grandes vigilias tras el libro, el rostro pálido, gastado de estudio, mas no roto y recosido de encuentros de lanza." in: Sainz de Robles, F.C.:Historia y antologa de la poesa espanola (en lengua castellana) del siglo XII al XX, Aguilar, Madrid, 1955, 52.p.
[3] Entre comas, porque no existe en verdad ninguna contradicción, sino dos puntos de vista del mundo diferentes y a la vez fuertemente relacionados entre s.
[4] Se trata de los romances, sobre todo de los romances escena, que Mena conoció evidentemente, como lo atestiguan sus episodios tan logrados. Opinión de Menéndez y Pelayo, M.: Antologa de poetas lricos castellanos, II, In: Obras completas XVIII, Consejo Superior de Investigaciones Cientficas, Aldus SA de Artes Gráficas, Santander, 1944, 177 p.
[5] Piénsese en la definición del exemplum (dechado) de Quintiliano: "rei gestae aut ut gestae utilis ad persuadendum id quod intenderis commemoratio", Inst. orat., 5, 11, 6.
[6] Ver: Huizinga, J.: A középkor alkonya (ttulo original: The Waning of the Middle Ages, London, 1937), (trad. hung. de Szerb, A., Helikon, Budapest, s.a., 168 y 183 pp.)
[7] Opinión de Farinelli, A.: Ensayos y discursos de crtica literaria hispano-europea, Publ. dell'Istituto Cristoforo Colombo, No. 17, Fratelli Treves di Roma, s.l. y s.a., 44. pp. y de Casalduero, J.G.: Notas sobre el Laberinto de Fortuna, In: Modern Languages Notes, LXXIX, 1964, 128-129 pp.
[8] Casalduero, J.G., op.cit., 128-129 pp.
[9] Como lo afirma Rafael Lapesa también en El elemento moral en el Laberinto de Mena su influjo en la disposición de la obra, In: Hispanic Review, XXVII, July1959, No.3, 257 p. Por otro lado, en el tema de Fortuna Juan de Mena fue otra vez influenciado por Boccaccio, muy conocido y aceptado en la Castilla de la época.
[10] Mientras que la finalidad evidente de cantar los caprichos de Fortuna aparece en su lugar tradicional, o sea, en la 2a estrofa, inmediatamente después de la recomendación de la obra a Don Juan II.
[11] Lapesa, R., op.cit., 257 p.
[12] Casalduero, J.G., op.cit., 126 p.
[13] Como lo afirma Menéndez y Pelayo, M. también en Menéndez y Pelayo, M.: Poetas de la Corte de Don Juan II, Col. Austral No. 359, Espasa-Calpe SA, Madrid, 1959, 17 p.
[14] Según Joaqun G. Casalduero: "Mena para realizar su propósito maneja sabiamente el contraste." (op.cit., 139 p.)
[15] Blecua, J.M.: Prólogo al Laberinto de Juan de Mena, In: Mena, Juan de: El Laberinto de Fortuna o las Trescientas, Clásicos Castellanos, Madrid, 1943, LXXXI p.
[16] P.ej. los versos 87/g-h: "o religión religada de males,/que das tal dotrina a los mal dotrinados!"
[17] Ejemplos del citado prólogo de J. M. Blecua: "alegres agora, agora enojosas" (9/h), "me faze grand cuerpo de cuerpo non grande" (16/c) y "sabed el amor desamar amadores" (106/h).
[18] P.ej.: "fuyendo non fuye la muerte covard,..." (149/g) "All, Juan de Merlo, te vi con dolor:/menor vi tu fin que non vi tu medio,..." (198/a-b) "... e yo non muriera más de una vegada:/ass morré muchas, desaventurada,..." (206/d-e)
[19] P.ej.: "a quien non perdona non le perdonar" (81/h) "Crean los ttulos frescos a bueltas/de aqueste rey nuestro muy esclareido,/los quales avran allende creido/si non recreieran algunas rebueltas/presto non vengan a puerto tranquilo..." (147/a-e)
[20] P.ej.: "non le pona su fausto más bro,/nin le privava virtud fermosura:..." (72/c-d) "mas al presente fablar non me cale:/verdad lo permite, temor lo devieda." (92/g-h) "sabed ser alegres, dexad de ser tristes,/sabed deservir a quien tanto servistes" (107/b-c)
[21] Como en las descripciones de los que están arriba y abajo en las ruedas de Fortuna y p.ej.: "Vimos, al último erco venidos,/las grandes personas en sus monarchas,/e los que rigen las sus senoras/con moderada justiia temidos/e vimos debaxo los que non punidos/sufren que passen males e viios,/e los que pigros en los sus ofiios/dexan los crmenes mal corregidos." (232/a-h), o "Segund que se fazen el viso más fiero/los que entran en juego llamado palestra,/en quanto son dentro su sana se muestra,/mas fuera se ren como de primero,..." (157/a-d). El modelo tal vez más perfecto son las coplas 96-97 que no puedo citar por falta de espacio.
[22] P.ej.: "a grandes cautelas, cautelas mayores" (132/g), "que lo que a los sabios non deve ser nuevo/inoto a persona podrá ser alguna" (7/c-d)
[23] P.ej.: "ca tu firmeza es non ser costante/tu tenperamento es destenperana,/tu más ierta orden es desordenana,/es la tu regla ser muy enorme,/tu conformidad es non ser conforme,/tu desesperas a toda esperana." (10/c-h)
[24] P.ej.: "en ti do los nuestros muriendo bivan" (152/c), "e tal como muerta biviendo se para." (204/h), "e los que vos sirven con malvado elo,/con fanbre tirana, con non buena ley" (230/e-f)
[25] P.ej.: Sabed ser alegres, dexad de ser tristes" (107/b), "Mientra moran e mientra matavan" (180/a)
[26] Como la famosa metáfora de las telaranas: "Como las telas que dan las aranas/las leyes presentes non sean atales,/que prenden los flacos viles animales,/e muestran en ellos sus lánguidas sanas/las bestias mayores que son más estranas/ passan por todas ronpiendo la tela,/ass que non obra vigor la cautela/sinon contra flacas e pobres conpanas (82/a-h)
[27] Alegora de las ruedas de Fortuna.
[28] P.ej.: "e la culpa vi fecha dos partes,/de los que las muestran e de los mostrados" (129/c-d), "ca buelven acordes los desacordados,/e queda ofendido quien antes ofende" (158/g-h), "nin veras pronósticas son de verdad" (168/f)
[29] P.ej.: "Vale ass mesmo para ser amado/antiiparse en amar,/ca non es ninguno tan duro en el dar,/que algo non diesse si mucho ha tomado" (112/a-d), "Epiro e su fuente la muy singular,/en la qual si fachas queriendo provar/muertas metieren, se enienden de fuego/si bivas las meten, amatanse luego,/ca puede dar fuegos e fuegos robar." (45/d-h)
[30] Naturalmente la denominación de los grupos es arbitraria, como también se debe indicar que algunos versos podran aparecer en dos o más grupos igualmente. Como se verá a continuación, yo doy un sentido muy amplio al término contraposición, partiendo de la oposición de imágenes hasta el quiasmo formado con antónimos.
[31] Sabemos que Don Juan II venció a los moros en Granada (1430), pero dejó la ciudad sin hacer valer su poder.
[32] P.ej.: "all vi grand clero de falsos perlados,/que fazen las cosas sagradas venales" (87/e-f) "zQuién ass mesmo dezir non podra/de cómo las cosas sagradas se venden,/e los viles usos en que se despienden/los diezmos ofertos a Santa Mara?" (95/a-d)
[33] Ver como explicación de las corrientes italianas anteriores a Mena: Brelich, Mario, A XIV. század vallásossága a kor olasz lrájában (Sentimiento religioso del siglo XIV en la lrica italiana de la época), Budapest, 1935. Estas corrientes podan ser bien conocidas por Mena en Roma.
[34] Lapesa, R., op.cit., 263 p.
[35] Verso 211/c
[36] Pensemos sólo en los programas educativos de los humanistas italianos, p.ej., de Guarino.
[37] A cikk A Magyar Tudományért Alaptvány támogatásával készült



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