PALIMPSZESZT
23. szám --[ címlap | keresés | mutató | tartalom ]

the dirty girls social club: resistencia a la Orientalización de lo latinoamericano[1] en los Estados Unidos
Delma Wood
Castleton State College

El concepto de Orientalismo, como lo explica Edward Said, ha creado un concepto subcultural que ha promovido la categorización de la Otra cultura como exótica, estableciendo de esta forma una dinámica de comunicación que manifiesta las diferencias entre culturas en tabla de jerarquía. El Orientalismo establece la existencia de una cultura predominante, dentro el cual su eje principal es construido por el mundo Occidental y que mira hacía el Oriente como un mundo extranjero que existe dentro un espacio social preconcebido como marginal. Este último incluye no sólo el elemento extraño[2] , diferente o exótico, como componente del Oriente, sino que la visión precalculada de que el Oriente es y se mantendrá desconocido por la falta de interés de parte de las comunidades dominantes. Por parte de las culturas Occidentales, la consideración de las genealogías de las comunidades orientales ha sido silenciada. No obstante, esta fuerte polarización de culturas, las occidentales versus las orientales, abarca más allá del imaginario popular de construcciones. También da corpus al concepto de lo exótico como una percepción fundamental de categoría cultural, la cual no se limita a su existencia y presencia en un mapa geográfico, más bien se extiende por analogía de paralelismos conceptuales por el mundo entero.

Este mismo fenómeno de concepto de relaciones culturales, el cual es formulado en la lectura crítica de la escritura sobre el Orientalismo, puede funcionar como teoría para interpretar el género narrativo de ficción paratextual, la cual incluye las culturas de España y las Américas como componentes y representantes de una comunidad extranjera. En este caso se proyectan los opuestos, Los Estados Unidos, comunidad dominante, versus España y las Américas, comunidades inmigrantes, trazando una división insistente en tomar como modelo de superioridad a las culturas dominantes o anglosajonas. La teoría de Said bien puede ser definida como un fenómeno de método de comunicación global, la cual abre nuevos caminos hacía una crítica literaria para un mundo de culturas y comunicaciones, además se adaptan a cualquier época.

Repetidamente la esencia del elemento de lo exótico dentro de la narrativa literaria ha reconstruido extensiones de espacios culturales, lo cual a menudo nos lleva hacía la confusión y transformación acerca de las identidades culturales de algunas partes del mundo. Este impulso se ha demostrado a través de su afecto profundo mediante la intersección de modelos literarios por siglos (tema cual se ejemplificará más adelante). La coexistencia de las culturas conocidas como las exóticas, continúa a expresarse dentro de la narrativa contemporánea. Las editoriales principales, como McCracken indica, han tomado nota que la ficción de varias escritoras latinoamericanas está otorgando soluciones a nuevos surgimientos del mercado de la lectura, donde el apetito para una escritura multicultural ha alcanzado nuevos paradigmas. Aunque el creciente interés en las culturas latinas en la nueva novela todavía sub-categoriza las culturas latinoamericanas como las culturas de los Otros(exóticas), este análisis demuestra cómo, mediante una nueva función y utilización de clichés culturales dentro de la narrativa de the dirty girls social club, la autora Alisa Valdés-Rodríguez logra una nueva forma de emancipación a la presumida sumisión cultural.

Los componentes sociales, culturales y políticos expuestos en la narrativa de la novela posmodernista, al mismo tiempo que son partidarios de nuevas interpretaciones, también nos persuaden en encontrar un nuevo significado de la historia tanto en su contexto cultural como literario. La aseveración de que la mujer latinoamericana forma parte del concepto de la Otra cultura exótica puede trazarse a la escritura heredada por los varios movimientos literarios. Un ejemplo arquetípico tomado del Romanticismo es considerar la función cultural dentro del personaje ficticio de Carmen, la gitana de España, del siglo diecinueve. Como Colmeiro lo explica, el imaginario cultural que ella transmitió indujo la ‘conflation of Spain with the Orient’. Ante una encuesta, una cantidad numerosa de personas creía que España era ‘una nación oriental’ (Colmeiro, 127). Varios críticos literarios han demostrado cómo el personaje de Carmen representa el mito de la Otra cultura. Asimismo, su muerte se consagró una necesidad. Carmen, la sensual, la gitana, la bohemia, la rebelde, y la mujer sensual proyectaba una ambivalencia cultural de fascinación y ansiedad, a fin de cuentas ella debía ser controlada y mantenerse marginal.

En el estudio del Orientalismo, es importante considerar todos los diferentes segmentos que rinden al entendimiento conceptual de lo exótico como componente de la Otra cultura. También Kaplan aclara que este concepto es una abstracción relativa. Asimismo el proceso de mirar hacía la Otra cultura, o el personaje de Carmen, también es reconocer que el objeto mantiene una amenaza a la autonomía y seguridad del sujeto (la cultura dominante). Mientras que se viera a Carmen como el corpus de la cultura Otra, ella también se transformaba en el icono cultural de España. Ante estas interpretaciones y correspondencias de imágenes, su presencia, desde la novela, hasta la ópera y/o el teatro/film, seguirán proponiendo la reposición cultural de España como parte del Oriente.

Dentro del entendimiento del proceso de canonización, es además necesario tener en cuenta las correspondencias histórico-culturales a través de la creación de Carmen. El autor francés y apasionado visitante de España, Merimée respondía a una experiencia de viajante. Este dato biográfico, tal como varios críticos han afirmado, transparenta la intención y fundamento de un cuento cual recuenta las gentes de España de y con ojos turísticos[3] .

De igual forma, la historia de las comunidades de habla hispanoamericana está entrelazada con aquella de España. La relación entre estos es un componente crítico de la herencia cultural y de la identidad socio-política de los hablantes de español, cual por siglos había sido controlado por la madre patria, España. La representación de las gentes de Latinoamérica, en la narrativa literaria consecutivamente, ha siempre incluido elementos que inevitablemente describen la influencia y participación tal vez silenciada de España. Esta última es un mosaico combinado de las culturas arábicas, europeas, africanas y otras. Teniendo estos factores tan importantes en consideración, se puede alcanzar a concebir cómo las culturas individuales de las gentes españolas dan vida a la inclusión de la Otra cultura dentro de la cultura regional. No es coincidencia que la historia vuelva a repetirse, y que las gentes de Latinoamérica vuelvan a revivir la construcción cultural cual yuxtapone la presencia de la Otra cultura dentro de las comunidades minoritarias en los Estados Unidos. Así lo hacía el personaje de Carmen. Esta conceptualización responde a la misma visión cultural preconcebida por la cual la participación de las comunidades latinoamericanas existe en relación súper impuesta con la cultura dominante y mantiene su carácter auto impuesto como la Otra cultura.

Reconocemos que el caos político y el continuo empobrecimiento de las gentes latinoamericanas han formulado colectivamente una temática literaria de preocupación y sufrimiento, por siglos, que a menudo ha auto manifestado su posición de inigualdad e injusticia a través de la escritura. Tal preocupación es transluciente en la narrativa literaria. Por generaciones se han construido visones fantásticas y mágicas de un cosmos artístico y expresivo de nuevos movimientos.

A través del tiempo, este sufrimiento ha llevado a razonamientos filosóficos, tanto como socio-políticos, como forma de explicación acerca del sujeto de la pobreza en Latinoamérica. Particularmente, la comparación de Latinoamérica con los países del hemisferio del alto Norte de América, principalmente los Estados Unidos, frecuentemente ha dado frente a discusiones apasionadas debido a la inevitable imposición de superioridad de aquél. En un discurso intelectual de la historia del empobrecimiento casi inmediato de Latinoamérica después de que cada país gana su independencia, Vargas Llosa cita las siguientes palabras de Simón Bolívar:

En tanto que nuestros compatriotas no adquieran los talentos y las virtudes políticas que distinguen a nuestros hermanos del Norte, los sistemas enteramente populares, lejos de sernos favorables, temo mucho que vengan a ser nuestra ruina. Desgraciadamente, estas cualidades parecen estar muy distantes de nosotros, en el grado que se requiere; y, por el contrario, estamos dominados de los vicios que se contraen bajo la dirección de una nación como la española, que sólo ha sobresalido en fiereza, ambición, venganza y codicia (Vargas Llosa, 36).

La frase ‘España era la culpable’ se repetía como forma de explicación a las condiciones desafortunadas que perseguían y perpetuaban en Latinoamérica. La hipótesis en lo que se refiere a los fracasos de Latinoamérica contenía una detallada lista de factores auto-incorporados a la gran desgracia de su propio crecimiento, tales como ‘la sangre española’, tanto como ‘la sangre indígena’, y ‘la raza negra’. Todas estas acusaciones se le sumaban a Latinoamérica junto con el subdesarrollo e incapacidad de vivir libremente. (Vargas Llosa, 38). Otros pensadores reconocidos de su tiempo han propuesto soluciones como ‘Latinoamérica tiene que desespañolizarse’ para así destruir la semilla venenosa.

Desdichadamente este pedazo de historia referido como el ‘atraso’ de Latinoamérica ha marcado su espacio dentro del mapa cultural. La realidad es que, las condiciones sociales, políticas y económicas no privilegiadas de Latinoamérica no pueden separarse de su contexto cultural. Y aunque la pobreza de ella no sea necesariamente a causa de su asociación con España, al menos es un factor que nunca podrá ser borrado de su historia, ni tampoco de la narrativa literaria. Si decidiéramos establecer una lógica de relaciones entre la historia y la ficción, también pudiéramos distinguir, en varias formas, cómo el personaje ficticio de Carmen ha sido culturalmente inventado respondiendo a un comportamiento social basado en una ideología de perpetuación de una jerarquía de poderes. Carmen es icono, estatua estereotípica representativa de la mujer hispana. Desdichadamente, sus atributos individuales y colectivos, tales como lo primitivo, lo gitano, lo atrasado, lo supersticioso, y lo apasionado (en su forma destructiva) se convertirían una y otra vez en los elementos esenciales para definir a las mujeres de España y Latinoamérica en la narrativa.

Dado que la literatura mantiene un impacto en las creencias culturales de cada uno, la participación de las gentes latinoamericanas, como seres reales o personajes ficticios, encarnan la presencia de la Otra cultura exótica, y responden a la ya encaminada invitación de la objetivación de sus cuerpos.

De acuerdo a Said, esta llamada "comodification" de la presencia tanto cultural como física de la Otra cultura es parte de un comportamiento prejuicioso basado en un marcado carácter socio-político que responde a los estándares de poderes imperialistas. Falta reconocer que este nivel de marginalización coexiste en los campos cultural y académico. Edward Said, en su capacidad de teórico epistemológico, ha acertado, en su labor académica, la necesidad de desafiar nuestro intelecto, y de defender el estatus quo de las gentes no privilegiadas y no representadas (Arac, 67). Esto, sin duda expone la crueldad humana dentro de la percepción de que las gentes latinoamericanas en los Estados Unidos son conceptualizadas bajo un modelo de dependencia.

Esta realidad cultural ya expuesta da a luz el objetivo de este estudio, el cual es establecer un nuevo discurso sobre la interpretación de un nuevo imaginario de las personas latinoamericanas. Este mismo defiende las características individuales de cada una de sus gentes al mismo tiempo que acepta y respecta las tradiciones de aquéllas. En esta nueva clase de discurso, no existe un esfuerzo en desconectar a Latinoamérica de sus orígenes, ni tampoco en dejar de lado el árbol genealógico. Sí, sabemos que su contenido simbólico es frecuentemente problemático con sus ramas puntiagudas y sus flores coloridas. Este factor de esencia estructural, por otro lado ofrece una hipótesis de emancipación fuera de lo tradicional. Hace falta considerar que la realidad de las gentes latinoamericanas se manifiesta como una nueva forma de asociación, comunicación y conexión con las culturas existentes, sin tenerse éstas que catalogarse bajo función de muestra de sumisión. Hace falta reconocer que debido a que la presencia de la Otra cultura latinoamericana ha sido muy frágil en su constitución cultural, social y política en los Estados Unidos, se ha institucionalizado la continua dependencia de aquélla.

Sin embargo, nuestra conciencia contemporánea no puede totalmente escaparse de esta ambivalencia escrita en la historia y literatura. Debemos reconocer que aunque la presencia de las Otras culturas latinoamericanas, en ocasiones facilite un paradigma de oportunidad para la trasgresión mediante la exploración temporaria por la cultura dominante, por último este acto sirve para confirmar y perpetuar las fronteras de este sistema de opresión. No obstante, ¿ podría el elemento mítico de la Otra cultura ayudar a superar su propia dependencia? Y en qué forma, ¿lograr escapar las categorizaciones conservadoras sin renunciar su propia etnicidad?

Las gentes de Latinoamérica mantenemos un sin fin de relaciones con la conceptualización cultural y política del Orientalismo. Sufrimos las repercusiones de éste desde varias representaciones simbólicas y culturales. Primeramente, por asociación natural heredamos el componente oriental de nuestra madre patria, España, y, segundamente, percibimos las culturas africanas y las indígenas como avenidas reprimidas y silenciadas dentro de nuestra propia cultura. Cada aspecto de nuestro origen constituye Otra cultura como parte de nuestra participación individual. Por tercero, mientras que el acto comunicativo exprese ambos la visión interna y la externa, este proceso incluirá y no siempre dará voz a la incorporación de la Otra cultura reprimida y representada por la cultura dominante. Esta experiencia comunicativa servirá como prueba de que nuestras culturas podrían existir de forma independiente. No obstante, para alcanzar este proceso de liberación se deberá aceptar el hecho de que la hegemonía de nuestra cultura es esencia principal. Se plantea que su sed principal de reconocimiento sobre su rica etnicidad al momento resta insatisfecha.

Como respuesta positiva a esta verdad todavía no bien entallada dentro de la novela posmodernista, con the dirty girls social club, Valdez-Rodríguez logra romper con las barreras de la escritura tradicional donde las incorporaciones y construcciones de géneros son amoldadas a las convenciones sociales. La imagen romántica de la mujer bella hispana es transformada. El texto dentro de esta novela incluye la interacción entre las protagonistas, quienes cumplen multitud de roles. Estas mujeres tienen la opción de participar individualmente o colectivamente. La estrategia textual crea un doble de perspectivas y experiencias cuales desafían el rol tradicional de las mujeres latinoamericanas en sus campos personales y profesionales. Las voces de seis mujeres latinoamericanas coexisten en un espacio conscientemente socio-político desde los días universitarios en Boston University, lugar de encuentro inicial. Notemos que, el espacio geográfico es considerablemente diferente de los lugares establecidos y reconocidos por contener comunidades hispanas en los Estados Unidos.

Las seis diversas mujeres en la novela ; Lauren, Sara, Amber, Elizabeth, Rebecca, Usnavys, detrás de una fina apariencia textual, comparten su herencia y orgullo de ser hispanas. Cada una viene de una raza y cultura diferente. Juntas celebran sus estatus sociales no convencionales mientras que confieren auto estímulo al concepto de qué es lo que significa ser mujeres independientes en Boston. La conceptualización de la cultura se expresa por medio de la persona quien la vive y la representa. La voz de Lauren, el primer, el último y el personaje principal en la novela y este estudio, inicia un diálogo con el lector afirmando su propia individualidad, y etnia. Los marcos culturales, inequívocos, son realidades culturales y marcan historia. No por coincidencia, tanto la narrativa de la novela como las características de Lauren, pronuncian una dislocación dentro del contexto cultural convencional. Por primero, ella tiene una voz principal en la narrativa, y por segunda, ella es una mujer hispana educada ejerciendo, con éxito, carrera profesional. Su progreso es captado en el espejo universitario:

Our Reporting 101 professor with the dyed-black-comb-over told us it was the first time so many Latinas had enrolled in the communications program at once. He bared filmy yellow fangs as he said it, a “smile,” but rambled in his too-tight tweed blazer. We scared him, and people like him, as all things “minority” will-especially in Boston-(I might get to that in a minute). Anyway, our collective power of intimation in this increasingly Spanglish, Goya-beanified town was enough to make us instant and permanent best friends. Still is. (Valdez, 4)

La fuerza colectiva articulada por estas mujeres es una forma de participación política. La frase citada “(I might get to that in a minute)” en paréntesis, provee un espacio para dar voz a una idea de especulación política, más tarde ella explica que “now that Hispanics are big business[4] ” (Valdez, 9) en los Estados Unidos, todo lo que quiere hacer su jefe en la revista donde ella mantiene una columna, es que Lauren escriba acerca de la cultura latinoamericana. Esta reforma dentro de la historia crea una nueva clase de envolvimiento de parte de la escritora de la columna.

Por otro lado, la autora señala en que forma ciertos cambios inesperados en nuestra realidad social y económica no alcanzan a cambiar el contexto y percepción cultural de la cultura dominante. Aunque sea fácil cambiar la dinámica del espacio natural, es difícil lograr que estos cambios se registren en el espacio dominante. En un anuncio de su columna en la revista, su ‘promotions department had her face darkened in the picture’ para que ella parezca ‘más latina.’ Hay bastantes de raza de ascendencia hispana que no son de piel oscura, no obstante, mientras más oscuras sean sus pieles, lo más probable que sean culturalmente percibidas como hispanas. En este caso Lauren reconoce su función de aceptar una característica arquetípica con afán de ser reconocida. Así mismo la realidad de lo establecido transforma el simbolismo del modelo auténtico hispano.

El personaje de Lauren también especula otros factores obscuros cuales están enredados en la construcción de nuestra identidad. Lauren se atreve a decir claramente que ella no sabe hablar español y que este hecho no debería ser muestra acerca su autenticidad de origen latinoamericano. La demanda de que ella hable español en su entrevista de trabajo es una imposición que nos revela la capacidad de la cultura dominante de súper-imponer los estereotipos, perpetuando una imagen y rol restringidos y proyectando una identidad distorsionada de la realidad.

No obstante, estas mujeres exponen su individualismo, autoestima y confianza en sí mismas acerca sus nacionalidades. Sus vidas profesionales comprometen la autonomía de la cultura dominante. La representación de estas mujeres no es contingente a la categorización de minoría porque sus consagrados éxitos desafían la historia y las limitaciones relacionadas con un grupo minoritario en los Estados Unidos. El cruce de esta barrera replantea una nueva configuración de sus roles, funciones e imágenes.

Said, como crítico, ha continuamente expresado su preocupación con la representación del intelecto en el papel político de las culturas. Lauren toma parte de una lucha de clases a medida que su vida se desarrolla en Boston. Como mujer, latinoamericana, y profesional, columnista para una honorable revista, acierta una iluminación. Su inteligencia la hace gestionar y reconocer los desafíos que pasa a consecuencia de ser no convencional. Ella se arraiga en un nuevo espacio social con comportamiento rebelde adquiriendo de él su estatus. “We’re not meek maids. Or cha-cha hookers. We’re silent little women praying to the Virgin of Guadalupe: (11). Said ha reforzado la necesidad de ‘our critical use of history as a resource for our present alternatives’ (Arac, 70). En esta instancia, es la imaginación de Lauren la que hace visible este mundo de alternativas a cual Said alude.

Said relaciona la historia y su superposición en la literatura y las preocupaciones políticas. La presencia interactiva de estas protagonistas en la narrativa forma parte de una historia emergente que está creando una nueva cultura. Sus participaciones autónomas se relacionan con un espacio específico, la ciudad de Boston, pero por extensión y analogía también representan otras regiones de los Estados Unidos. En este ejemplo la existencia de las vidas de estas mujeres valientes en la narrativa revela un pedazo de historia que tal vez sea considerado la frontera que limita el recuento de la historia. Said señala que el contexto socio-cultural de una región no puede escaparse de la literatura, y cómo los asuntos históricos conciernen a la política. La posición predominante de su cultura puede hacerse transparente si consideráramos que nuestra comunidad está pasando por un cambio de categorización hacía el estatus de ser no más un grupo minoritario. Esta realidad también articula la función de la moral dentro de una cultura dominante que construye una catalogo social bajo tablas de medidas y estadísticas.

La amistad de estas mujeres ofrece confort terapéutico y profundo entendimiento de los diversos orígenes culturales entre ellas y de cómo este factor afecta cada una de sus vidas a diario. Por último la narrativa marca un eje temático principal; la vitalidad de estas mujeres valida la cultura de las gentes latinoamericanas y sus diferentes personalidades rompen con los estereotipos. No obstante, existe un conflicto entre la imposición de las convenciones para la vida de Lauren y es ella misma quien tiene que luchar para superarse. Su padre completó un doctorado desafiando las normas vigentes sobre el nivel de educación de los hombres latinoamericanos en los Estados Unidos. Pero su abuela todavía conserva su modelo pre-establecido sin cuestionarlo:

Know what my Cuban grandma in Union City says when I tell her my man is cheating? “Bueno, fight harder for him, mi vida” How’s a therapist gonna help me with that? Your man cheats, these traditional women who are supposed to be, like, you allies-they blame you. “Well,” abuelita asks in raspy, heavily accented English, sucking on her Virginia Slims, ‘have you gained weight? Do you make sure you look good when you see him. Or do you show up in those blue jeans? How’s you hair? Not short again, I hope. Are you fat again?(3).

Lauren aclara anteriormente que ‘we’re not silent women praying to the Virgen of Guadalupe’ con respecto a la actitud imponente de su jefe. Sin embargo, el incidente con su abuela muestra que el dicho de la opresión cultural muchas veces comienza en nuestras propias casas es todavía realidad. Lauren tiene que mantenerse valiente para superar esta opresión. Tristemente los valores de la familia hispana son frecuentemente utilizados en la sociedad imperialista para su propio beneficio sin atenerse a la justicia social de esta conducta (Perez, 53).

Lauren elige acertar sus deseos sexuales y decide invitar a Amaury, un traficante de drogas de la República Dominicana, a su apartamento. En este encuentro apasionado ella descubre que el comportamiento de Amaury no cabe dentro de las características determinadas por la sociedad anglosajona, donde el concepto del hombre latinoamericano se limita al hombre sin educación de conducta sexual auto-servidora del machismo. Pero Amaury sorprende a Lauren; él es elite y demuestra tener sentimientos. Se resiste a consumir relaciones sexuales con Lauren porque ella está bajo la influencia de alcohol. Esta situación paradójica se expone, “I don’t believe it. Mr. Danger the Drug Dealer is the good guy?”. El contexto de esta frase es la cruel realidad de los inmigrantes de Latinoamérica quienes recurren al mercado ilegal para ganarse la vida. Como lo explica LeMoncheck los estereotipos sexuales, en este caso el de Amaury, existe en ambos, dentro de y al cruce de las categorías sociales, no obstante las generalizaciones de una específica característica es determinado por el poder de las personas quienes definen los parámetros de esta categoría. En este caso, las dos mujeres Lauren y Usnavys, tienen el poder de definirlos. “He’s dangerous’, fatherly, they ‘can hire him as a hit man’” (152).

Los otros personajes femeninos de la novela también rompen con roles estereotípicos. Rebecca lucha contra los valores impuestos en su vida personal y profesional. Es editora de una revista que lleva el nombre “Ella”. Su éxito es continuadamente analizado con respecto a su imagen. Siente que tiene que mantener una distancia de la mujer latina ‘sexy or subservient’. Por otro lado, Sara confiesa los tristes golpes físicos de su supuesto matrimonio perfecto con Roberto. Mientras que Amber, a pesar de su descendencia pura mexicana, no habla una palabra de español. Y, Elizabeth, quien es morena y locutora de televisión, por ser lesbiana se encuentra con una desaprobación masiva de su público y amigos. Las mujeres de piel oscura son oprimidas primeramente por su raza, y agreguémosle que también son oprimidas por la súper imposición de estereotipos relacionados con su raza y etnia (LeMoncheck, 60). Usnavys es soltera y logra desasociar su adolescencia marginal de su futuro.

El análisis interpretativo de esta novela bajo el concepto del Orientalismo marca un nuevo camino teórico cual facilita el entendimiento de las culturas latinoamericanas en los Estados Unidos. En primer plano da a luz al hecho de que la representación de nuestras comunidades ha existido en un margen marcado por connotaciones socio-culturales, cual ha restringido nuestros roles y funciones. No obstante, notemos que Said, en su estudio no ha enfocado la situación de poderes dentro de los géneros sexuales, no tampoco específicamente a las mujeres de las Américas. En el futuro vendrán más novelas como the dirty girls social club que reinsistirán y apropiaran espacio crítico, cultural y académico, para dar voz a más vidas de latinoamericanas.

Obras citadas

Arac, Jonathan, “Criticism Between Opposition and Counterpointin Edward Said and

the Work of the Critic: Speaking Truth to Power. Bové, Paul A. editor, London: Duke

University Press, 2000.

Bresnahan, Roger, “Island In Our Minds: The Pacific Ocean In The American Literary

Imagination”. Reflections On Orientalism: Edward Said, Roger Brsnahan, Sujit

Dulai, Edward Graham, and Donald Lammers, Warren I. Cohen, editor. Michigan:

Michigan State University, 1983

Colmeiro, José F. “Exorcising Exoticism; Carmen and the Construction of Oriental

Spain” in Comparative Literature, pp.127-144.

LeMoncheck, Linda. Loose Women, Lecherous Men. A Feminist Philosophy of Sex.

Oxford: Oxford University Press, 1997.

Lowe, Lisa. "Nationalism and exoticism: Nineteen-Century Others in Flaubert's

Salambó and L'education sentimentale". Said, Edward. Sage Masters of Modern

Social Thought. Williams, Patrick, editor. Sage Publications: London, 2001,v3.

McCracken, Ellen. “Rupture, Occlusion and Repression. The Political Unconscious in

the New Latina Narrative of Julia Alvarez and Ana Castillo”. Actes Du VIeme Congrès Européen Sur Les Cultures D’Amérique Latine Aux Etats-Unis. Benjamin-Labarthe, Elyette, ed.; Bordeaux: France, 1994.

Kaplan, E. Ann. Looking For The Other. Feminism, Film and The Imperial Gaze. New

York: Routledge, 1997.

Mérimée, Prosper. Carmen. Paris, 1963

Pérez, Gail. “Ana Castillo As Santera Reconstructing Popular Religious Praxis” in A

Reader in Latina Feminist Theology. Religion and Justice. Aquino et all, editors.

Austin: University of Texas Press, 2002.

Said, Edward. Culture and Imperialism. New York: Knopf, 1993.

Salusinszky, Imre. “Interview with Edward Said.” Criticism in Society... New

York: Methuen. 1987.

Valdés-Rodríguez, Alisa. The Dirty Girls Social Club. New York: ST. Martin’s Press,

2003.

Vargas Llosa, Mario. Presentation. Manuel del perfecto idiota latinoameriano. Plinio

Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner and Alvaro Vargas Llosa. Barcelona:

Plaza & Janes Editores, S.A., 2001.

Williams, Patrick, editor. Edward Said. Sage Masters of Modern Social Thought.

Sage Publications: London, 2001. v1, v2, v3 & v4.

Notas:

[1] Se hace notar que los vocablos latino o latina en inglés son traducidos a latinoamericano y latinoamericana, respectivamente. Ya que, de momento que se crearon estos términos en inglés, en español el texto existía con otro significado, descendencia del latín.
[2] Notemos que en el diccionario Webster, foreign incluye la definición de not relevant.
[3] Utilizo la frase ‘tourist gaze’ de acuerdo a Kaplan, como parte de un proceso de visión subjetiva hacía una predeterminada dirección
[4] Nótese la ironía en pronunciar una frase cual en función de medidas matemáticas previamente marginalizaba a las personas hispanas, pero debido al cambio de su naturaleza esta misma frase ahora las favorece.



[ címlap | keresés | mutató | tartalom ]